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Moscatel Reserva de Familia de López Hermanos. (No pienso parar, Carlos)

Moscatel Reserva de Familia de López Hermanos. (No pienso parar, Carlos) Me gustaría estar esta noche en compañía de unos cuantos buenos amigos de esos que ponen sus cinco sentidos, su inteligencia y su imaginación en hacerle un homenaje al mejor invento humano en todos sus siglos que es el vino, y me gustaría estar con ellos en la Axarquía malagueña, esa comarca morisca que se deja caer desde los montes al mar, con unos pueblos blancos que da gloria verlos, y un montón de viviendas enclavadas en las montañas como si fueran casitas de Belén, la mayoría de ellas compradas hace tiempo a precio de ganga por los turistas extranjeros que conocen mucho mejor que nosotros donde está lo mejorcito de nuestra tierra. Pues bien, de la Axarquía, viene la uva que hace posible el Moscatel Reserva de Familia de López Hermanos.
La moscatel de Alejandría es la gran uva Mediterránea, amiga de olivos y naranjos. Se podría hacer la Ruta del Moscatel, desde Málaga a Tarragona. Una ruta turística, medio mora, y antes que mora, romana, porque este vino enamoró por su suavidad a los Césares, que no tenía complejos y a los Califas, que sí los tenían, pero que supieron con buen criterio compaginar el Corán con este vino, considerándolo como jarabe medicinal y no como incitación al pecado. Los talibanes de entonces, más sensatos que los de ahora, respetaron esta interpretación y gracias a ello, se mantuvo el cultivo de esta viña y el amor a este vino.
Desde su fundación en 1885, López Hermanos es la gran bodega malagueña, con una capacidad de elaboración de 6 millones de litros. En mis tiempos mozos, cuando de madrugada en las playas malagueñas se pescaba al copo aquellos chanquetes, hoy prohibidos, o peor aún sustituidos por un no sé qué, que no sé de donde viene, pero que solo sé que no sabe a nada, cuando Málaga compaginaba su condición de capital cosmopolita de la Costa del Sol, con el sabor popular de unas tabernas donde se tomaban conchas finas y choricillo al alcohol, en aquellos tiempos felices y desgraciadaente lejanos, cerrábamos la pitanza con una copita del vino más famoso de López Hermanos, el Málaga Virgen, que nos dejaba el cuerpo de rey, a pesar de ser gritar Viva la República. Claro que habíamos sido criados en la adolescencia, con otro producto rey de la misma bodega, la Quina San Clemente, porque daba muchas ganas de comerrr, y eso, al final, acabó dejando en nuestro cuerpos serranos una buena huella.
Siendo una bodega señera de Málaga, López Hermanos tiene vinos populares y muy selectos. Hace unos años yo quedé literalmente obnubilado cuando probé su Seco Trasañejo, uno de los mejores málagas viejos que he probado en mi vida, y también me encantó su moscatel joven de molturación en frío, el Tres Leones, en la línea de los modernos moscateles afrutados. Pues bien este Moscatel Reserva de Familia se sitúa justo en el término medio.
De vendimia semitardía y criado en barricas de roble francés, el moscatel Reserva de Familia es un vino asombroso, por varios motivos. El primero, porque no tenemos ningún referente. El segundo, por su color, más dorado que el moscatel joven. El tercero, por su aroma, donde junto con la fruta resplandece la madera y sus matices ahumados. El cuarto cuando notamos, en boca, la estructura de un vino de crianza que matiza la dulzura de la moscatel, dejando un gusto final, largo y persistente donde resplandece la fruta.
El resultado es un vino especialmente generoso, complejo y muy adictivo. Catorce grados y medio que no te dejan indiferente. En definitiva, un vino para ponerle un piso.

2 comentarios

vine's lover -

¿dónde te metes, superanónimo?

Superanónimo -

GRRRRRRGMPHGFHGHHHPPPHHPH! Ya vale con el vino, no?