Salchichón
Durante bastante tiempo he mantenido victoriosamente la teoría
de que tendríamos que enseñar a los italianos a hacer jamón,
a cambio de que ellos nos enseñasen a hacer salchichón.
No quiero echar por tierra
la calidad de los multiformes salchichones pirenaicos
ni abaratar la fama de los de Vic,
pero Italia es caso aparte,
y no hablo de esos discutibles salamis con los que nos inundan,
sino del auténtico salchichón,
del embutido de cerdo curado con pimienta.
Hasta que mi amigo y compadre Juan Peña
me presentó en su indescriptible mesón cordobés
un plato de salchichón artesanal,
elaborado con presa de cerdo ibérico.
Estaba para saborearlo de rodillas
y con lágrimas de agradecimiento
por encontrar una joya así.
Los elabora Navarro en Valdelarco, Huelva.
Y están contados.
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