Carabineros
Nuestros padres consideraban al carabinero como la gamba del pobre.
Hoy el carabinero fresco es un marisco raro y caro.
O sea, que de pobre nada.
Su sabor intenso
está lejos del toque sutil de una gamba de Huelva
o de una quisquilla de Motril.
Para tomar buenos carabineros, debemos viajar al Sur.
Hay que pedirlos a la plancha, pero enteros,
para mantener intactos tus abundantes jugos,
que se han de tomar con cucharilla,
porque son lo mejor de este increíble y rojo gambón.
Sobresalientes son los carabineros de Sal Gorda,
una estupenda marisquería malagueña,
y excelentes los cocinados con oloroso que ofrecen en el Faro del Puerto,
uno de los mejores restaurantes gaditanos.
A veces el placer tiene que ser rotundo, impactante y agresivo
para ser placer.
Como los carabineros.
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