Caldo Gallego
Grelos (o berzas),
unos cachelos (patatas),
judias y agua.
Y para darle sabor, el unto (tocino muy añejo)
Esta es la esencia del caldo gallego, probablemente el mejor caldo del mundo.
El caldo gallego observa fielmente la norma "anti-michelín":
cuanto más humilde sea el restaurante, mejor es el caldo.
No hay primer plato más indicado en esos primeros días invernales,
que suelen llegar sin avisar, como salteadores de caminos.
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